Susana Jiménez

Terapia Intensiva

Por: Susana Jiménez | Publicado: Viernes 19 de enero de 2024 a las 04:00 hrs.
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Enero solía ser un mes tranquilo, pero esta vez parece que todo está pasando. Avanza la reforma de pensiones, ingresó el proyecto de ley que reforma el Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental y también el de permisos sectoriales. A fin de este mes entra el proyecto de cumplimiento tributario, y en marzo la reforma tributaria.

Un verdadero cóctel de remedios cuyo impacto conjunto es difícil de prever, pese a que el diagnóstico es bastante evidente: falta inversión, sobra permisología, urge generar empleos y necesitamos crecer más para financiar un mayor gasto social.

Lamentablemente, Chile requiere una terapia de shock, porque llevamos 10 años con una economía estancada y, al ritmo que vamos, las expectativas de un futuro mejor resultan difíciles de cumplir. Es en este contexto que los gremios empresariales trabajamos una propuesta de “tratamiento intensivo” que permita retomar el vuelo en el corto plazo.

La “Agenda pro crecimiento y de convergencia tributaria” presentada en enero tiene como principal objetivo generar el impulso que nuestra economía necesita con urgencia para crear más empleos, aumentar las remuneraciones y mejorar la calidad de vida de las familias. Tenemos la convicción de que un alza tributaria no es necesaria ni deseable y proponemos, en cambio, avanzar hacia una convergencia tributaria que aumente la competitividad de nuestro país y elimine la actual discriminación entre inversionistas extranjeros y nacionales.

El Gobierno ha propuesto recaudar 2,7% del PIB para financiar mayores gastos, lo que en parte sería por la vía de aumentar la carga tributaria. Los gremios empresariales proponemos algo distinto, basados en un diagnóstico que nos parece más preciso.

En primer lugar, la brecha tributaria con la OCDE, ajustada correctamente, es de menos de 2%. Al revisar las recaudaciones y tasas por cada tipo de impuesto, se observa que una de las brechas más significativa con esos países está en la tasa del impuesto corporativo, que es muy alta en el caso chileno. Por ello, planteamos una reducción de la tasa del Impuesto de Primera Categoría de 27% a 23%, en línea con el promedio OCDE.

En segundo lugar, se observan dos fenómenos al revisar la competitividad tributaria del país. Por un lado, la tasa marginal de 44,45% para la renta proveniente del capital es muy alta en relación con los demás países de la región con los que competimos en la atracción de capital. Por otro lado, mientras los inversionistas nacionales enfrentan la tasa recién mencionada, a los inversionistas extranjeros se les aplica la tasa de 35% del Impuesto Adicional (para aquellos países con los que Chile tiene un tratado que evita la doble tributación), lo que hace que sea más conveniente invertir en el país desde un domicilio tributario distinto del chileno. En razón de lo anterior, proponemos avanzar en una senda de reducción de la tasa marginal combinada que paga el capital, de manera que converja a la tasa que enfrentan inversionistas extranjeros en nuestro país.

Si bien las medidas de convergencia tributaria tienen impacto en la recaudación fiscal, la merma se vería compensada por mayor crecimiento económico. Recordemos que por cada punto de crecimiento, el Fisco recauda US$ 800 millones. Adicionalmente, hemos señalado que se podrían adelantar los flujos de recaudación provenientes del Impuesto Global Complementario con la eventual creación de un impuesto a los dividendos o retiros de utilidades.

Complementamos esta propuesta tributaria con un conjunto de medidas sectoriales de fácil tramitación. Estimamos que estas medidas pueden ser más efectivas para el objetivo buscado.

Susana Jiménez

Vicepresidenta CPC

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